Según las estadísticas de la agencia Redfin, la proporción de viviendas cotizadas en EE.UU. cuyos precios se redujeron alcanzó máximos históricos este mes de julio. Es probable que estos casos sean más numerosos en el futuro.
En mayo de 2022, las ventas de viviendas existentes cayeron a un nivel mínimo desde junio de 2020. Tras el descenso provocado por la pandemia del COVID-19, el mercado comenzó a recuperarse. Las ventas crecieron, por ejemplo, en los estados del noreste, pero cayeron en casi todas las demás regiones, incluyendo el Medio Oeste, el Oeste y el populoso Sur.
El nivel de oferta sigue siendo inferior al deseable, por lo que los precios siguen siendo altos, aunque los vendedores están reduciendo los precios de venta en algunas regiones donde los compradores solían competir en guerras de ofertas.
David Berson, economista jefe de Nationwide en Columbus (Ohio), explica que las ventas de viviendas existentes seguirán reduciéndose a lo largo de 2022, a medida que aumenten los tipos hipotecarios. Cree que la crisis actual es bastante grave, pero no cabe esperar un desplome drástico de las ventas, como el de 2008, a menos que EE.UU. experimente nuevos retos económicos.
A no ser que se produzca una profunda y larga recesión económica, las ventas de inmuebles residenciales no se reducirán demasiado, pero los precios en general seguirán creciendo de forma incremental.