Las estadísticas muestran que los residentes de Nueva York que quieren escapar de los duros inviernos del estado en Florida han emigrado en su mayoría a Orlando, Miami y Tampa en los últimos cinco años.
140.000 neoyorquinos se trasladaron a Florida porque no tiene impuestos estatales sobre la renta ni sobre las nóminas, lo que la convierte en un imán para multimillonarios y grandes empresas.
Nueva York en su conjunto ha perdido 83.400 residentes que decidieron mudarse a Florida desde 2018. Tampa recibió el mayor número de migrantes nacionales, cuya cifra alcanzó las 34.000 personas. 23.500 y 25.900 neoyorquinos se instalaron en Orlando y Miami, respectivamente.
Los neoyorquinos adinerados suelen optar por Miami. Su renta familiar media sigue siendo un 60,2% superior a la de los locales, lo que hizo subir los alquileres.
Muchos esperaban que el mayor nivel de migración neta de Nueva York a los mercados de Florida se estabilizara o redujera a medida que los empleados fueran llamados de vuelta a las oficinas de Nueva York o cuando los emigrantes neoyorquinos empezaran a echar de menos el estilo de vida de la Gran Manzana, señala Ben Witten, responsable del sector inmobiliario de Placer.ai. Sin embargo, los datos recientes muestran claramente que estas tendencias siguen acelerándose, especialmente en Orlando.
Miami se vio afectada por esta ola migratoria más tarde, ya que las restricciones de la COVID-19 obligaron a la mayoría de las personas recién llegadas al sur de Florida a irse al sur durante 2020 y después.
140.000 personas es una cifra fantástica, teniendo en cuenta que se prevé que el mismo número de parcelas de Florida queden bajo el agua en 2050 debido al cambio climático.
La base impositiva del condado de Miami-Dade podría reducirse en aproximadamente 3.800 millones de dólares debido a la subida del nivel del mar, pero aún no está claro si la nueva oleada de contribuyentes mejorará la economía del estado.